Fue y es todo en el mundo del futbol a nivel internacional, que decir a nivel nacional, grandes títulos que poseemos en cuanto a selección estaba como gran capitán. Así como jugador de equipo gano todo lo habido y por haber en su club de toda la vida. Por todas estas hazañas se gano el respeto y cariño de compañeros y la gente, todo lo que haga y diga es de interés. Por eso, cuando jugo el partido mas largo y difícil, prologa y penaltis incluido, todo el mundo estaba pendiente, pero salió como siempre, victorioso.
Seguramente será el último partido, según dicen los entendidos en la materia, seguirá siendo persona pública y querida en su nueva vida. La Sanidad y la fuerza que tiene de superación es lo principal para volver a la vida normal.
No es frecuente lo que le paso, una persona deportista y joven, pero esto pasa en el mundo real, lo que no tiene es tanta trascendencia al no ser una persona pública. Ahora toca reposo y tiempo de baja para recuperarse, después la Administración Pública, quien valora, al darle el infarto entrenando, es un accidente laborar seguramente no va ser compatible con su trabajo habitual, por lo tanto un equipo de valoración lo propondrá para una incapacidad total o absoluta, esto es la legislación aquí, en Portugal la desconozco.
Esto seria lo normal, le pertenece, le guste o no, también estuvo cotizando muchos años. Pero no siempre es así, es donde quiero llegar, solo hace falta leer esta queja de un contribuyente, “Carpintero, 48 años, 32 de vida laboral, 2 infartos y le deniegan incapacidad”, esto si que no es normal. Aunque la legislación es la misma para todos, cuando las causas son iguales o superiores, no siempre las resoluciones son iguales.
Esperemos que futbolista y carpintero, no le queden secuelas y puedan seguir haciendo una vida normal dentro de las limitaciones que tiene este episodio. El futbolista problema no va tener, le concedan o no la incapacidad, pero el carpintero le queda una guerra con la administración.