Dije muchas veces que la vida la tenemos que encarar como viene, no como uno quiere, toca otra vez alejarnos de la Churrumbela, es ley de vida, recuerdo el primer viaje, para llevarla a Barcelona.
Empezar su vida universitaria, era una niña, termino la carrera y quiso seguir haciendo lo que le gusta, estudiando y practicando, así termino el master, cuando pensamos que empezaría la vida laboral al 100% ya que ofertas no le faltaban, nos dice que va seguir estudiando que quiere hacer un Doctorado.
Pues nada a animarle y a seguir, otros cinco años haciendo lo que más le gusta. De esos cinco años, uno de ellos, tiene que ir donde «Cristo perdió las zapatillas» lejos no, más aún, se que no hay distancias pero es lejos, va donde está la cuna de a investigación, grandes laboratorios y la investigación es el arma de trabajo, quiere ir y le gusta por eso va.
Boston es el destino, allí le espera un laboratorio como nunca lo vio, otros métodos de trabajo otros compañeros otra cultura, otra forma de valorar su formación, esa formación que tanto le costo y que tan poco la valoramos aquí.
Ella se va con la ilusión de seguir aprendiendo y de conocer más el mundo de la investigación, la conozco y se que lo aprovechara, pero se ciertamente que va ser un viaje de ida, volverá de visita, tengo la corazonada que se nos queda por esos lares.
Ellos saben valorar lo que llevan, aquí no valoramos lo que tenemos, lo creamos pero no lo valoramos por eso cuando salen del país muchos no vuelven.
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