En este día del padre, como hijo no podría faltar unas pequeñas letras para el mío. Que poco tiempo hace que nos dejaste y cuantas cosas han cambiado, no podría imaginar tu falta fuese así de difícil, tanto es que me cuesta mucho ir tu pueblo, que por supuesto es el mío donde me críe y crecí, ese pueblo que tantos folios gastaste escribiendo orgulloso de el.
Este es un pequeño recuerdo hacia ti papá. Podría contar multitud de vivencias y anécdotas vividas. Pero voy a contar una que me dijeras que no le contara nada a mamá, ella se entero antes de venir del medico. Te acuerdas cuando llegará de viaje con Laura y Mireya era muy recién, estabas tú liado en el ordenador haciendo las paginas del día siguiente y al salir corriendo para coger a tu nieta, metiste el pie en una tajea e hiciste una brecha bien grande en la pierna, fuimos a casa dejando la marca de sangre por toda la acera y la escalera, tratamos de cerrar la herida, no querías ir al ambulatorio hasta que te convencí, ya que testan eras un poco, cuando te das cuenta que es algo mas complicado de lo que te parece, dices vamos al medico, con la pierna envuelta en una toalla y empapada de sangre, coges el coche y me llevas de acompañante no me dejaste conducir, el medico nos dice que te van a coser que te van a poner anestesia y le dices que de eso nada, sin anestesia, cuando caigo yo redondo. Pusieron siete ú ocho puntos y saliste andando pero te lleve el coche de vuelta, recuerdas.
Es una de las muchas que vivimos, como los últimos viajes que hicimos a Santiago donde luchaste y estabas convencido que no necesitabas ir a ningún otro sitio para tratarte y curarte. Eras así. Un beso.
«Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.»
Bertolt Brecht
La foto que acompaño al comentario es de mi hermano Santy. Una de las tantas que le hizo, esta es una de las últimas.
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